Nuestro cuerpo está continuamente hablando de los niveles más íntimos y profundos emocionales. Las palabras pueden intentar ocultar la realidad emocional de la persona, pero nuestro cuerpo es mucho más difícil de ocultar.
El cuerpo necesita exteriorizar y sacar lo que tiene dentro, y lo hace a través de síntomas o enfermedades. La somatización, es un mecanismo de defensa en el que el cuerpo habla y expresa lo que la mente no puede decir o verbalizar.
En concreto, la estructura muscular representa y expresa el mundo emocional. Tal y como sintamos nuestro mundo emocional, así sentiremos nuestros músculos.
A grandes rasgos, la parte anterior del cuerpo representa los aspectos emocionales más sensibles de la persona y la parte posterior expresa sus aspectos más luchadores, de conquista.
Pero si hay una zona del organismo que da soporte no sólo a nuestras cargas físicas, si no también a las emocionales es la columna. La espalda es como el pilar de nuestra vivencia corporal. Muchos la definen como el mástil de un barco. La columna además de dar soporte a nuestro esqueleto, también tiene una función fundamental: proteger y recubrir nuestro sistema nervioso. Esta función no es casual y es que en situaciones de estrés, ansiedad o nerviosismo generalizado, sentimos dolor en alguna zona de nuestra espalda. En consecuencia, puede que respiremos mal y estemos más cansados, tengamos dolor de cabeza o incluso molestias digestivas.
En la práctica del yoga aprendemos a tomar conciencia de nuestro cuerpo. Durante una sesión de posturas, escuchamos atentamente qué sucede y sobre todo qué sentimos en nuestro organismo. Esas sensaciones “sentidas” nos aportan una información muy valiosa para comenzar un proceso de liberación de bloqueos físicos, emocionales y energéticos.
El yoga terapéutico toma de la orientación bioenergética, el enfoque físico para conocer aspectos del mundo emocional más íntimos. La bioenergética aporta unas prácticas físicas que ayudan a desmontar esta armadura, a liberar a la persona aportándole una consciencia nueva de sí mismo desde la liberación.
Las posturas o asanas que realizemos durante una sesión de yoga terapéutico, siempre serán sencillas y aptas para todos los practicantes. Como siempre, trataremos de basarnos en tres parámetros a la hora de ejecutarlas: la inmovilidad, la duración y la relajación.
Al concentrarnos en nuestro cuerpo inmóvil en la postura e ir sintiendo más profundamente, descubriendo en cada ocasión sensaciones nuevas, aprenderemos a conocer, integrar y aceptar y profundizar en nuestra vivencia emocional.
Cuando aprendemos a escuchar qué es lo que nos quiere decir la situación que nos genera malestar, podemos comenzar a sanarla y vivirla sin hacernos daño. Dolor de espalda y emociones.
Yoga y bioenergética
#yogaybionergetica #yogaterapeutico #yogayemociones #energia #emociones #espaldasana #espaldayemociones #cuidatuespalda
Usamos cookies para proveerte del servicio y funciones propuestas en nuestra página web y para mejorar la experiencia de nuestros usuarios. Más información en nuestra política de cookies.